martes, 10 de junio de 2008

otro día

Me joden los días de cojones textos de la escuela, no me puedo concentrar porque en esos momentos me brota una ansia poética como un estallido por los ojos y las manos.

Ese dragón que devora el fuego de una cadera clava las escamas en los múlsos incandecentes de la juventud desgarrada. Arranca con fuego y sangre la sed de un palpitar insaseable y luego rie a perpetuidad...


quiero terminar mi ensayo y surgen mil historias... estaré fuera con un buen café sólo para oir el tronar de los carros y ver la lluvia caer...

Te detesto!

Ni haciendole caso a mi maldito feminismo puedo negar que desde hace mucho sólo existes para mí, y me veo aferrada a tí como una niña indefensa que muere, viene y se deviene en tus brazos.

Si estoy hecha de esa parte de tí que te arrancaron, fundeme con un beso el corazón y la piel. Diastole y sístole compartida que te recorre todo el cuerpo y todo el ser.

lunes, 9 de junio de 2008

crítica al sistema de feminidad

Larguisímo, para leerse con calma... Tesis, y síntesis



Está es sólo una reflexión, no por feminista, porque no lo soy, si no por lectora, observadora y seguidora de todos aquellos que se animan a salir del anonimato expresando su postura frente a la vida y sociedad. Para Simone de Beauvoir “la mujer es un falso Infinito, un ideal sin verdad, se descubre como finitud y mediocridad, y al mismo tiempo como mentira. En verdad, ella representa lo cotidiano de la vida, y es tontería, prudencia, mezquindad y fastidio” así lejos de parecer un apotegma misógino, representa con certeza la construcción cultural, por los múltiples casos en el que está inmerso el sistema patriarcal- autoritario que termina por estrangular los derechos de la mujer, los que enajenada, asume sin cuestionamiento.


El papel de la mujer en los ámbitos intelectuales y artísticos, ha sufrido una majestuosa transformación en los dos últimos siglos. A lo largo del siglo XX y en el XXI, nos ubicamos ante la entrada masiva de las féminas en el ámbito literario. Esto se debe a una serie de transformaciones sociales, económicas e ideológicas (los adelantos tecnológicos, el aumento de la clase media, la revaloración de las minorías, las revoluciones políticas y movimientos feministas) que han favorecido a aceptar reivindicación de la mujer en equidad de oportunidades en distintos campos laborales. Sin embargo, en siglos anteriores fue difícil incursionar en el ámbito intelectual. .

Aún con las contraposiciones hacia la figura femenina (las posibles denigraciones de las facultades físicas e intelectuales, las restricciones impuestas por su condición genérica) ha habido mujeres que se han enfrentado a su época y han tomado las letras de tajo en honor a la creación literaria como en la edad media fueron Chirstina de Pizzan, Clara de Asís, Brígida de Suecia, Hidelgarda de Bingen. Estas mujeres escritoras constituyen una excepción dentro de un mundo cultural adscrito a los varones. Pues en tiempos remotos parecía que la escritura no se encontraba entre las tareas asignadas a la mujer: debía dedicarse a las labores de esposa y de madre y si sus aspiraciones se elevaban a una forma de conocimiento, generalmente negado, dedicarse al mundo conventual. Su existencia no tenía pues, valor en sí misma, sino que estaba subordinada al otro: el marido o Dios, que para esa época y la vigencia religiosa es el mismo desempeño de trabajo. .

La sociedad educaba a la mujer para desempeñar papeles eminentemente pasivos y la única educación de la que tenían prioridad era la del casamiento, gestación, parto y cocina, siempre para servir y procrear. En el matrimonio no tendía a buscar, sino a ser buscada. La actividad femenina consistía en recibir y aceptar. Hechos estos muy distintos a la decisión personal de ponerse a escribir, escoger el tema, el género, decidir y elegir. La mujer figuró como inspiradora de líderes, no como líder inspiradora. .

La imagen que ha ofrecido el hombre de la mujer en sus creaciones literarias es la imagen de mujer como objeto. La imaginación popular plasmó una figura de la mujer distorsionada, irreal y tendente a los extremos. Pasional y ensimismada, basada de intuación más que de lógica y se adoptó por la humanidad como realidad verosímil, más que como construcción social. Siempre aparece representada como un ángel o un diablo, como la madre de Dios o la tentadora y prevaricadora del hombre. Se trata de una valoración simplista, parcial, en la que entran en juego dos rasgos sumamente conflictivos, la maternidad y la sexualidad, de los que se derivan dos tipos de mujer: la prostituta y la madre. Por otra parte, hemos de tener presente un dato esencial que puede darnos la clave de esta visión tan simplificadora: La mayoría de los escritos plasman el punto de vista masculino, sucede porque el hombre ha plasmado su historia, ha sido él el pensador (porque así fue aceptado socialmente) y ha favorecido a su sexo. Proponiendo como una desventaja la construcción biológica de una mujer, como lo haría Hegel[1] en su época.

Detrás de muchos de los textos en los que se alza la voz de una mujer, encontramos un varón, que ha adoptado una personalidad ficticia. La conquista de la figura de la mujer como un ser original, único, no supeditado al hombre, a la procreación, tardará muchos siglos en llevarse a cabo con éxito. La aceptación de que no existe la mujer como construcción general, sino las mujeres individuales; y de que no existe un modelo femenino sino multiplicidad de imágenes es una aclaración que en la actualidad no se ha efectuado con certeza. Atribuir valores de comportamiento descarta los rasgos del carácter formado. Una persona propensa genéticamente a reaccionar de forma determinada no alcanza ese objetivo a menos que se llegue a la situación propicia, al estímulo. La construcción del carácter de una mujer es simplemente la construcción del carácter de cualquier ser humano, depende del estímulo externo para que accione el interno.

Ha sido difícil para muchos de los luchadores nacionales aceptar al individuo como continuidad, a la mujer dentro de la sociedad intelectual y gran parte de esa aceptación está en el conformismo femenino. Si bien, parte de nuestra formación normativa de valores admite a la mujer como algo respetable por el simple hecho de ser mujer, comienza con el machismo más subliminal: la caballerosidad.

El comportamiento caballeroso proviene propiamente del pensamiento resinificado de la edad media. Las normativas de un caballero proponían de salvar siempre a una dama en peligro, y muchas veces aunque ella no lo necesitara, aceptando la condición femenina como frágil, limitando las conductas de esfuerzo físico e intelectual para resolver un problema. Pero, como el modelo de conducta de la edad media proviene de la religión, en Europa se tienen modelos más arcaicos y rudimentarios donde se desacreditó en un momento de la historia la equidad de género. Así, sincrónicamente, las mujeres que pertenecieron activamente en la caza pasaron a la recolecta, al modelo patriarcal, a la dependencia sustentable del hombre, a la genigamia en lugar de la androgamia o polígamia, al quehacer domestico, a la administración en lugar del suministro.

Su dicha ahora no está exclusivamente en el hogar, la mujer emancipada de hoy necesita hacer algo extrahogareño. Antes de casarse se matriculan en las universidades, que estudian un sinnúmero de profesiones, piensan ejercerlas solteras y casadas… aunque no siempre es tomada esta visión. Menos emotiva, la mujer actual no siente que lo principal es el cumplimiento de su misión como madre y su responsabilidad ante la familia. Hay quienes consideran que esto es artificial e inauténtico y que su incorporación a las actividades productivas sin distinción de edad, condiciones socioeconómicas y grados de cultura, va en deterioro de la familia, y que resulta insatisfactorio. Habiendo un buen porcentaje de madres que trabajan fuera de casa. Sus desplazamientos le tragan tiempo y energías. Cuidar una familia numerosa es prácticamente imposible. Han pasado los tiempos de estabilidad de sistemas y conocimientos.

Si bien, la mujer joven ya no mira hacia abajo puesto que su condición social ha mejorado mucho en las últimas décadas, muchas se detienen ante nociones ancestrales y están en la búsqueda de amarrarse al pasado que las oprimió durante siglos. La mujer joven en muchos de los casos trata de explotar su cuerpo, ya sea para atraer la atención o convertirse en otro artificio de la sexualidad. Y cuando lo consigue, es decir, encontrar una pareja basada en la imagen visual que satisfaga sus expectativas (un estereotipo que se ha construido por el contexto social en que se encuentra), trata de encontrar cierto equilibrio emocional del que inciertamente depende. Cuando la situación de la mujer es inestable, su relación se convierte en una simbiosis

La coquetería altanera y burda para la mujer es uno de los juegos más bajos y sutiles; parece esmerarse para ser reconocida como “bella” e inconscientemente busca satisfacer las pasiones y necesidades fisiológicas, cayendo incluso en lo vulgar del instinto. Como hembra prostituye su cuerpo, desea verse atractiva y sexual (sexy), implícitamente espera que la deseen: es entonces que mientras cumpla una función de cotización (que tenga mas personas que la deseen) la gama de elección se basa generalmente en el hombre que demuestra su supremacía ante la multitud, prostibulizando su elección. Y en el peor de los casos aun cuando la mujer tiene una vaga imagen de conciencia, acepta la situación, la aprecia y está en su búsqueda, basando su expectativa emocional a quien cumpla las características de superioridad simiesca, ese instinto de sobresalir solo por las posesiones y utilizar alaridos quejumbrosos para ahuyentar a los demás animales de sus pertenencias y establecerse como el más fuerte por los dotes que se incluyen.

En algunos casos la mujer todavía ve como una expectativa de vida llegar al matrimonio, una meta a cumplir, inclusive como la opción que tiene para no trabajar mas que en labores domesticas, como la esclava sin sueldo, y al decir “hasta que la muerte los separe” es firmar un pacto con Satán que al parecer les asegura tener resuelta la situación económica, y “los hijos que dios me de” ( en caso de creer en ello), la compromete a no sólo servir al hombre que es sostén económico, si no inclusive a sus herederos.

El matrimonio suministra el medio para la disciplina del deseo sexual, sin tal disciplina el hombre se autodestruye. De otra manera la diferencia entre un hombre y un animal no sería la libertad sexual, siendo esta parte de la misma vida y un instinto animal. Sin embargo, la mujer no toma en cuenta el papel que asume al ser ahorcado su derecho, puesto que: cuando las agravaciones, infidelidades y fallas maritales que conllevan al divorcio se hacen visibles, terminan empleándose en puestos inferiores al que tenían antes de casarse (en el caso de que con anterioridad hubiesen trabajado), en otro caso, cuando no terminan sus estudios y no tienen ninguna clase de experiencia antes de “arriesgarse” se ven ante la inutilidad de volverse a casar o terminar en condiciones aun más deplorables que cuando dependen del todo de otra persona, tanto de trabajo como de sustento. (Respecto a ser obreras mal pagadas, prostitutas, empleadas domesticas y subsistir con sueldos mínimos).

Por ello, especulo, que el hombre que no concibe la imagen del matrimonio (“por no amarrarse”) y al mismo tiempo acepta la idealización de una imagen externa; la existencia de su relación se atiene sólo del aspecto físico, e incluso aun cuando se casa, está dispuesto a seguir cumpliendo sus labores de benefactor mientras sus intereses meramente físicos se cumplan. Es así que la relación se vuelve efímera y perdura en cuanto que la mujer no pierda los dotes que en el momento en que aceptó tan desauseado interés.

Algunos hombres también aceptan estar trabajando para una mujer, inclusive a la que no conocen, con la idealización de una musa que los impulsa; piensan que dependiendo a la situación económica en que se desenvuelvan, podrán darse como un objeto de lujo a una mujer, decir: “estoy trabajando para comprarme un carro esperando pasear a una mujer” se fija como que dependiendo del modelo, las características, la innovación y sobre todo el precio es como se va a suministrar a ciertas mujeres que van en asenso a la belleza de los cannones. Es decir, cuando el hombre se ha destinado así mismo estar con una mujer por el aspecto físico, al perder dicha atracción se retira, al menos que esté más acostumbrado que enamorado. Y aun así, la costumbre no mata la relación, la hace más interesante lejos de la pareja.

El matrimonio monógamo que es aceptado por los hombres es hasta hoy un amortajado de relación, y no conciben que esté exento de aventuras extramatrimoniales. Incluso no se atribuyen que sean infidelidad los delirios momentáneos. La mujer finge ignorar los devaneos de su marido o los acepta, segura de que ella es la principal, la madre de sus hijos, la que se ama vestida y desnuda. (Los hombres que se consideran así mismos jefes de hogar; que expresa su mal estar por las restricciones que plantean los machos a su desarrollo personal y a su acceso a espacios públicos) Las mujeres deben seguir las órdenes de los hombres que son reconocidos como jefes de hogar. Y la mujer divorciada que no logró explotar capacidades se sumerge en la completa ruina, así pobre, sin estudios ni preparación termina dedicándose al proletariado inferior. No sólo sufre la exclusión y discriminación por la sociedad dominante, sino que también está en desventaja porque los hombres consideran que las mujeres no trabajan solamente ayudan o hacen cosas, mientras que resalta una división sexual y generacional del trabajo marcado. Siempre y cuando, ese sea el poder de la decisión de una mujer frente a su aspiración remota. Siempre esperando, siempre coprotagonice de la historia, un histrión que no ejerce papel. Para concluir citaré a Cristina de Pizánn.

Si alguna mujer aprende tanto como para escribir sus pensamientos,
que lo haga y que no desprecie el honor sino más bien que lo exhiba,
en vez de exhibir ropas finas, collares o anillos...”

Oaxaca de Juárez, Oaxaca. A 10 de mayo de 2008



[1] Fenomenología del espíritu: “"El deseo que se dirige sobre un objeto natural no es humano sino en la medida en que está mediatizado, por el deseo del otro dirigiéndose sobre el mismo objeto. Es humano desear lo que otros desean, porque lo desean. Así, un objeto totalmente inútil, pide ser deseado porque es objeto de otros deseos." "En la relación entre hombre y mujer, el deseo es humano si uno desea no el cuerpo, sino el deseo del otro” Nº Edición:1ª Año de edición:2006


Joaquín Sabina corría en alogo como---


Lo peor del amor cuando termina
son las habitaciones ventiladas,
el puré de reproches con sardinas,
las golondrinas muertas en la almohada.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman al humo de los sueños,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole sin dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a la hoquera los archivos.

Lo peor del amor es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales
no le quedan dos puntos suspensivos…

Desgraciado

Que ganas tengo de perforate los labios con un beso,
de clavarte las uñas como artillera y vengarme de todos los sueños que no me diste.
Te quiero y te odio irremediablemente,
con las ansias y los sueños rotos que me dejas cada vez que te vas.
Tengo en los labios el sabor de vinagre de una caricia en que te marchaste y se hechó a perder
y en los brazos los restos del estrechar húmedo y sangrante de tu espalda fundiendose a mi cintura.
tengo todos los restos agonizantes de tí, agonizando por tí. Y lo único bueno, un viejo vino que con el tiempo se va haciendo más dulce, como la preparación de mi venganza, mi dolor, o el amor por tí...

el punto es que para cuando regreses no sepas lo que te espera, te compadesco, tonto, estúpido, adorado, desgraciado de tí

(...)

Con los pies descalzos he llegado al verano, a tí, con tigo. Con los ojos papujos, con las pestañas húmedas me he entregado a todo tu ser, a toda tu alma, a todo tu cuerpo. Hoy soy tuya; sangre que perpetua por tus venas, el recorrido de tu vientre, la caricia de tu espalda, el viento que te susurra en los oidos. El silencio, y la luz, el principio de la nada existente, el eterno devenir y el eterno retorno. Te reconozco en tus libros y creamos uno nuevo, mágico, irreal, irrisorio, irriconocible, irritante, donde las posibilidades son infinitas, como tus números y mi filosofía y somos seres infinitos que se funden para complementarse.

Eres esa parte de mí que me hace falta, si yo no fuí arrancada de tu costilla, sé que en algún momento, tal vez en otra vida que no acabo de creer, estuve en tí y fuí parte de tí, al menos me lo ha confirmado la materia ¿por qué nos separaron? si nací para entrar, estar y vivir en tí. Hoy pienso en mis sueños, en mi visión onírica, en el viaje de una nebulosa donde la existencia me dura, me perdura y eres tú

sin inspiración

Estas son mis ganas de salvar el mundo...
ayer salí a ver películas sin tí, que estás lejos, pensaba en mi afán por la ecología y el reciclaje, mi inclinación por la defensa de los animales y lo vegetariana que me he vuelto, mis exposiciones en el día internacional, y las cosas que comienzo y no puedo terminar
"me gusta que me muerdas, no por masóquista, sino porque eres tú quién me muerde"
y tu piel que es la única carne de la que vengo y a la que voy, la única que me nutre, que devoro, que ataco sin piedad de tu cuerpo. Con tanta contradicción, me entrego al instinto salvaje que delira en tí, por tí amor, de tí.

Hoy beberé café, tal vez una copa de vino, en salud de los enamorados