martes, 10 de junio de 2008

Te detesto!

Ni haciendole caso a mi maldito feminismo puedo negar que desde hace mucho sólo existes para mí, y me veo aferrada a tí como una niña indefensa que muere, viene y se deviene en tus brazos.

Si estoy hecha de esa parte de tí que te arrancaron, fundeme con un beso el corazón y la piel. Diastole y sístole compartida que te recorre todo el cuerpo y todo el ser.

3 comentarios:

Jesús del Real Amado dijo...

Te odio,
brotó el eco entre el campo
pleno de sol y amarillo trigo.
En mitad de la interminable nada
que habita el estío.
Al mediodía, sin refugio posible de cirros.
En medio de tu huída,
sin un salvoconducto de olvido.

Menstruadora dijo...

los hombres...son como un mal necesario. ¡Oh no! el amor acaba con las ideas políticas. Dímelo a mí, por más que insisto en la superioridad de la mujer y el camino para conseguirla, me veo besando a ese hombre (oaxaqueño, por cierto). Quizà es que en el amor no vale el feminismo, quizá es que el amor es asexuado y no vale queberarnos la cabeza. No lo sè, el amor me quita lo radical. ¡Qué pena!

ángel dijo...

El amor es eminentemente femenino y feminista.